las Misiones Pedagógicas en Gallur

Las llamadas Misiones Pedagógicas nacieron con la intención de aproximar a todos los estratos de la sociedad la cultura y la educación. El proyecto, estimulado por el Gobierno de la época y con la aragonesa María Moliner como una de las principales coordinadoras, tuvo en cuenta adaptar los conocimientos que se divulgaban a los diferentes territorios a los iban dirigidos, aunque realizó un fondo bibliotecario común para todos los núcleos con unos ejemplares mínimos que se consideraban indispensables en todas las bibliotecas. Sorprendentemente para los profesionales que trabajaron en las Misiones, en muchos casos hubo que ampliar e incluso sustituir los fondos por la alta demanda de los usuarios. Uno de los objetivos del Gobierno de la República fue la modernización y el avance en todos los aspectos culturales, esforzándose para conseguir la igualdad entre todos los ciudadanos, fueran del medio rural o de las ciudades, donde el acceso a la cultura era mucho más sencillo.

El 9 de noviembre de 1932 el Ayuntamiento de Gallur, presidido por María Domínguez, la primera alcaldesa de España, recibió el cajón que contenía los volúmenes donados por el Patronato y los dos tipos de talonarios para el préstamo que diferenciaban entre menores y mayores de 15 años. Tres años después se redactó el inventario de los fondos disponibles que añadían once nuevos volúmenes. Como curiosidad, tan solo dos obras recibieron un ejemplar duplicado: Tragedias de Sófocles y El moro Expósito del Duque de Rivas, quizás por ser las más consultadas.

En Gallur la iniciativa tuvo una excelente acogida. Hasta entonces pocos se habían preocupado por acercar el conocimiento a este pequeño núcleo de población. En muchos jóvenes de la época se despertó el interés por la formación y la cultura a través de esos libros de la Biblioteca Popular, donde incluso existía un reglamento con consejos y buenos usos de los ejemplares que se tomaban prestados.

Tras la Guerra Civil la Biblioteca Popular de Gallur sufrió el mismo destino que otras muchas: la destrucción. En 1946 se realizó otro inventario de la que pasó a llamarse Biblioteca Escolar. La inmensa mayoría de las obras donadas por el Patronato desaparecieron, fueron sustituidas por otras de carácter cristiano y afectas al régimen franquista. Únicamente veinte volúmenes de los iniciales sobrevivieron al paso de la guerra y a los primeros años de la dictadura.

Las Misiones Pedagógicas nacieron para atender la necesidad de acercar la educación y la cultura a los pequeños núcleos de población, con muchas menos posibilidades que las grandes ciudades. Una característica que hoy en día, a pesar de los encomiables  esfuerzos de los pequeños municipios, también se refleja en la diferencia que aún se observa en el acceso a servicios culturales y en la brecha de conectividad digital entre el medio rural y los núcleos urbanos. ¿Tan poco hemos cambiado?